Las empresas usualmente se decepcionan cuando las eficiencias y ahorros prometidos no se materializan tras migrar sus cargas de trabajo a la nube. Un nuevo reporte de Bain & Company con TSO Logic, que incluye los resultados del análisis de más de 60 mil cargas de trabajo, reveló que cuando las empresas no hacen un trabajo preparativo suficiente, la migración a la nube puede ser entre un 10% y un 15% más costosa que mantener la información en un sistema heredado o más antiguo. En otras palabras, a pesar de las promesas de la nube, puede ser más barato mantener las cosas sin cambios.
Bain & Company le preguntó a más de 350 líderes TI cuál aspecto de este cambio a la nube fue el más decepcionante. Su principal queja fue que el costo de la propiedad del sistema aún no baja.
El análisis también reveló que los archivos de trabajo están sobrecargados, por lo que migrar a la nube resulta ser un exceso para el computador y para la capacidad de almacenamiento. En vez de volverse más eficiente, simplemente se traspasan las mismas ineficiencias a una nueva locación. Por eso, el “rightsizing”, es decir, revisar las prácticas computacionales y de almacenamiento en toda la compañía, es necesario. Esta práctica, en la mayoría de los casos, revela fragmentación y duplicación de archivos, registros incompletos o desactualizados e incluso servidores “zombies”. El estudio demuestra que el “rightsizing”, si está bien realizado, puede reducir los costos entre un 30% y un 60% cuando se migra a la nube.
Según Bain, las empresas que hacen “rightsizing” de la forma correcta llevan a cabo dos acciones clave antes de migrar sus cargas de trabajo:
• Evaluar cuidadosamente los patrones de uso
Esto incluye estudiar la intensidad y la duración de la demanda computacional máxima promedio, para poder tomar decisiones informadas sobre la reducción de la capacidad del servidor y acomodar parte de ese exceso de demanda en instancias expansibles. También evalúan los patrones de almacenamiento, analizando el uso promedio y máximo de la memoria y la proximidad al servidor para poder reducir su tamaño de manera más efectiva. Finalmente, pretenden racionalizar la cantidad de procesadores centrales que necesitan para poder optimizar el gasto en tarifas de licencias de software.
• Reconocer que la migración no trata a todas las cargas de trabajo de igual forma
Es probable que las empresas ahorren más cuando migran cargas de trabajo no productivas a la nube pública que cuando migran cargas de trabajo de producción. Esto se debe a que el uso de computación en cargas de trabajo que no son de producción tiende a ser más volátil y, por lo tanto, es más probable que se beneficie de la flexibilidad que proporciona la nube pública.
“Los resultados de nuestro análisis demuestran que la migración a la nube pública no tiene que ser decepcionante”, comenta Mark Brinda, Socio de Bain & Company en la práctica de Tecnología. “La nube pública ofrece grandes beneficios a las empresas que intentan seguir el ritmo de la innovación digital, pero primero deben realizar el trabajo y las evaluaciones necesarias antes de migrar sus cargas de trabajo. Los que realizan el ‘rightsizing’ pueden cosechar todos estos beneficios de la nube pública y, de hecho, ahorrar dinero en el proceso”, agrega el profesional.