Una nueva revolución, basada en la robótica, inteligencia artificial, nanotecnología, computación cuántica, biotecnología, Internet de las cosas (IoT), hace que las empresas deban responder a nuevos desafíos para mantenerse vigentes. “Para mantener un grado de competitividad empresarial, es necesario contar con una adaptación ágil y lograr sacar el mayor provecho a las cualidades de la empresa y del grupo que trabaja en ella”, comenta, Jorge Vásquez, Director de Proyectos Transforme Consultores
Por otra parte, uno de los mayores cambios que han sufrido las empresas es la jerarquización, actualmente tienen el enfoque colaborativo y horizontal con una inclinación en generar espacios abiertos que permitan mayor interacción, áreas comunes para compartir y que generan un ambiente de menor rigidez. Estas adopciones responden a un cambio de mentalidad a la hora de diseñar lugares de trabajo, los cuales incide en el bienestar y flexibilidad laboral.
“La autonomía y autogestión son conceptos clave, que benefician a la rapidez y generan un sentido mayor de autorresponsabilidad. En vez de tener una estructura ascendente en términos de delegación, son grupos de trabajos responsables de dar solución en su conjunto. El rol del jefe también ha cambiado, debe centrarse en ser facilitador dentro de sus equipos de trabajo. Esto último responde al concepto de Holocracia, un nuevo sistema organizativo en el que la dirección de la empresa se plantea de forma distribuida. Este modelo responde a personas que dejan de tener trabajos concretos por largos periodos de tiempo, y en su lugar, crean sus propios roles a través de sus responsabilidades”, comenta Vásquez.
Otro factor importante que está tomando cada vez mayor fuerza es el trabajo remoto. Estudios indican que para el año 2025 habrá una mayor demanda de este tipo de trabajo en comparación con los trabajos en oficinas físicas. Estamos en una era hiperdigital
Vásquez asegura que para que una empresa sea competitiva en la actualidad debe adaptase a los cambios del entorno, jerarquización y formas de trabajo; como también, contar con un proceso sistemático de innovación, para poder crecer y mantenerse sostenible en el tiempo.
La innovación empresarial es fundamental para aumentar la competitividad de las empresas y que es algo que ya está relativamente asentado a nivel nacional. “Para crecer en los mercados actuales ya no basta con ofrecer productos y/o servicios a un precio más bajo que tu competencia. La clave está en poder diferenciarse, entregar una propuesta de valor acorde a las necesidades de tus clientes y poder anticiparse a las tendencias futuras”, comenta el ejecutivo.
Para conseguir esta capacidad es importante contar con los recursos necesarios, tanto tecnológicos, comerciales y financieros; pero también, tener una real capacidad directiva que esté alineada con los objetivos estratégicos de la empresa y un capital humano que pueda dar soporte a todo esto.
Finalmente, hay que tomar en consideración que vivimos en un mundo económicamente globalizado, esto quiere decir que tenemos una integración de los mercados, procesos y productos en una red económica de orden mundial. Por lo anterior, es importante que las empresas siempre piensen en grande y ver si lo que hoy hacen puede tener un impacto mayor, escalando a otros países, o inclusive, en otros nichos de mercado.